Pues sí. Dice mi amigo, el excelentísimo de la Moncloa, que España va bien y es la economía de nuestra nación la que hace que la Unión Europea nos mire con sincera admiración. En relación al Producto Interior Bruto seguimos siendo el único país de Europa que no ha recuperado el PIB del 2019. El único, y la UE nos mira, sí, pero con creciente preocupación.
Quien indudablemente debe de estar contento es el ínclito Zapatero, cuyos sueños para integrar y blanquear a los asesinos y terroristas, siguen cumpliéndose, mientras se estigmatiza, demoniza y agrede a todo aquel que no se someta a los dogmas y desvaríos progres. Como era de esperar, las candidaturas de Bildu presentan a 44 personas condenadas por pertenencia a ETA, ya sea la de las pistolas o la de las amenazas. Cuarenta y cuatro individuos condenados por pertenencia a banda armada, incluyendo 7 condenados por asesinato.
Pero ésto de hoy va de economía. El PIB per cápita ha caído con respecto al 2019 cerca de un 3%. Pero si lo miramos en Paridad de Poder Adquisitivo (PPA), resulta que la caída es de un 7% sobre el 2019 y somos, en los dos casos, el país con mayor caída. Claro que nos mira la UE, pero con absoluta perplejidad. Imagino que la Sra. Van der Leyen y sus sicarios de negro son especialmente permisivos con su Sanchidad, dado que, aunque no cumple con nada, si es escrupuloso con el catecismo de la Agenda 2030.
Este gobierno achaca la caída del consumo en los supermercados a que las familias “han salido más a comer fuera” y no a una contrastada inflación, que en el caso del sector de la alimentación casi supera la cifra del 30%. Es indudable que son unos cachondos y que nos tienen cogida la medida. El fanatismo climático es el causante de la brutal subida de los precios que está provocando el colapso del sector primario e industrial, y, por ende, de las clases medias y trabajadoras en España, pero mientras seguiremos anestesiados, y pagando los langostinos de los sindicatos históricos.
Vinculado a la caída del consumo, este gobierno de coalición, día sí, día no, promete las cosas más absurdas. Miles de viviendas, cuando no ha construido ninguna en 5 años. Soltarle 20.000 euros al personal por el 18 cumpleaños, subsidiar hipotecas, regalar alquileres, premiar más a los okupas y ahora la homilía bolivariana de los supermercados públicos. No tengo ninguna duda de como quedaría el sector, tras unos años de gestión de estos afamados expertos. De entrada, hablan de contratar 50.000 empleos públicos para gestionar sus super. Pregunten en Venezuela como salieron los experimentos de nacionalización del sector.
Mientras continuamos disfrutando de los éxitos de nuestro gobierno, el ministro Escrivá se desgañitaba afirmando que eso de que para ir a la Seguridad Social hacía falta una cita era mentira, bulos fascistas. Como se nota que estos no hacen ni una gestión con la administración. Imagino que mandan al chofer del coche oficial. Estos no le dicen la verdad ni a su médico.
Imagino que uno de los éxitos de nuestro Ministerio de Igualdad, esa joya de la corona, es la notable mejora en las contrataciones femeninas. ¡Pues no! Somos los reyes del desempleo femenino con 586.000 mujeres paradas que en valor absoluto supera a Francia en 86.000 y a Alemania en casi 300.000, lo cual determina los peores índices de toda la OCDE. Pero es que en paro juvenil también batimos todos los récords, eso sí, si te portas bien, con lo que te quito por otro lado, te regalaré un bono cultural, y te pago parte de los viajes en tren de este próximo verano.
En vez de prometer tanto lo “público” para no saber gestionarlo, que realmente sean valientes, y monten sus propias empresas. Podrían empezar con esos supermercados, y así los políticos nos demuestran cómo se gestiona, lo que es la estrategia y optimizar recursos. Si además arriesgan lo suyo, y no pólvora del rey, un auténtico éxito. ¡Pero no! La industria española se hunde, en la mayor debacle de su historia. Ya tiene 400.000 empleos menos que en 2008, en la era de ZP. Entonces el sector aportaba un 26% al PIB, hoy un 15,3%. Y no olvidemos el déficit que se ha incrementado en 113.000 millones en el 2020, siendo el peor de Europa en porcentaje sobre el PIB. Desde entonces hemos seguido en una senda que nos ha llevado a 83.000 millones de déficit en 2021 y a casi 64.000 millones en 2022, presentando un plan a 2023 de un déficit de 57.000 millones. Y todo ello con la mayor recaudación fiscal de todos los tiempos.
Europa está muy preocupada por el incremento de la deuda, pero el Banco Central más, porque intuye que estamos alimentando la inflación con gasolina y eso nos va a reventar. Por eso la presidenta de la Comisión de Control Presupuestaria de la Eurocámara, Mónica Hohlmeier reconocía recientemente desde Bruselas que ha preguntado por las cifras de los fondos Next Generation, en el caso español, y desde hace tres semanas no ha recibido respuesta. Cuando se lo expliquen que me lo cuente, porque salvo el cuento de la resiliencia, no veo ese dinero moviéndose por ningún lado.
Esta semana su Sanchidad y sus mariachis, en la sesión de control, han colocado lo de la “paz social” en sus respuestas hasta donde no venía a cuento. Es un incomprendido gran timonel, pero para qué perder el tiempo hablando del déficit. A lo mejor porque va ligado a la deuda, donde se calcula cerrar el ejercicio 2023 muy cerca de los 1,5 billones. Estamos ciegos y seguimos permitiendo que unos mamados nos despeñen por un precipicio, en el que al fondo solo hay hambre y necesidad. Si no es así, como interpretar, como justificar que nos hemos endeudado en 1.065 miles de millones de euros, o lo que es lo mismo 1,1 billones de euros, mientras nuestra economía sólo ha crecido 610.000 millones.
Para que lo entendamos todos. Los alemanes crecen 7 veces más que nosotros. Francia, que es un país quemado por una población harta del globalista Macron, crece 4,5 veces más que nosotros. Nuestros hermanos lusos ocupan la posición 24 de 27, crece 3 veces más que nosotros. Italia, con el efecto multiplicador de Meloni crece tres veces más que España y hasta Grecia, un ejemplo de padecer gobernantes inútiles y corruptos es capaz de crecer un 40% más que nuestro país.
Como me repetía un amigo el otro día, nos ahorraríamos problemas si España se partiera en dos, gobernando en una mitad la izquierda, y en la otra los conservadores, y que cada ciudadano elija vivir donde quiera. Esto ya lo hicieron con Alemania en 1945 y los socialistas construyeron un muro para que su mitad no se vaciara…
Luis Nantón Díaz
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SIEMPRE APRENDIENDO
Ante todo gracias por tu visita.
Te presento un recopilatorio de los artículos que semanalmente se publican en el CANARIAS 7, y que con auténtica finalidad terapéutica, me permiten soltar algo de lastre y compartir. En cierta medida, de eso se trata al escribir, de un sano impulso por compartir.
La experiencia es fruto directo de las vivencias que has englobado en tu vida, y mientras más dinámico, proactivo y decidido sea tu carácter, mayor es el número de percances, fracasos, éxitos… Los que están siempre en un sofá, suelen equivocarse muy poco…
Y, posiblemente eso sea la experiencia, el superar, o al menos intentarlo, infinidad de inconvenientes y obstáculos, procurando aprender al máximo de cada una de esas vivencias, por eso escribo, y me repito lo de siempre aprendiendo, siempre.
Me encantan los libros, desvelar sus secretos, y sobre todo vivificarlos. Es un verdadero reto alquímico. En su día, la novela de William Goldman “La Princesa Prometida” me desveló una de las primeras señales que han guiado mi camino. La vida es tremendamente injusta, absolutamente tendente al caos, pero es una experiencia única y verdaderamente hermosa. En esa dicotomía puede encontrarse ese óctuple noble sendero que determina la frase de aquel viejo samurái: “No importa la victoria, sino la pureza de la acción”.
Como un moderno y modesto samurái me veo ahora, en este siglo XXI… siempre aprendiendo. Los hombres de empresa, los hombres que intentamos sacar adelante los proyectos de inversión, la creación de empleo, los crecimientos sostenibles, imprimimos cierto carácter guerrero a una cuestión que es mucho más que números. Si además, te obstinas en combinar el sentido común, con principios, voluntad de superación y responsabilidad, ya es un lujo.
Si también logramos inferir carácter, lealtad y sobre todo principios a la actividad económica, es que esa guerra merece la pena. Posiblemente sea un justo combate.
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