Son muchos los comportamientos alterados en este lustro. El fin de un ciclo, conlleva una aceleración de la percepción del tiempo. Eso lo sabemos los que peinamos canas, tras el inducido desastre de la pandemia, son muchos los que empezaron a tapar ciertas carencias emocionales con los animales de compañía. Por otro lado, la nefasta agenda 2030 y su animalismo de cafetería, desvirtúa la natural relación entre hombre y animal.
A lo que nos ocupa hoy. Dentro de una semana, el sábado 25 de enero, disfrutaremos de la presentación del libro de Fernando López-Mirones LUPUS DEUS, EL DIOS LOBO, a las 19.30 horas, en el Salón Dorado del Gabinete Literario. Un texto intenso, de los que entretiene haciéndonos pensar. La misma portada con la figura de San Francisco de Asís, su íntima relación con todas las criaturas, sus “hermanos pequeños” ya es una vindicación del tradicional respeto y amor por la creación.
Este vivificante libro, de la editorial Almuzara, tiene como punto de partida el singular encuentro con una manada de lobos en el Parque Nacional de Yellowstone, en Montana, hace más de veinte años. Esto permite a nuestro experimentado zoólogo profundizar sobre el significado místico del lobo, un animal totémico más allá de su biología. Sus líneas argumentan desde una original perspectiva y aportando relevantes datos, que existe un manipulador relato que considera que la vida de una mascota es más valiosa que la de los ciudadanos que disienten, bebés no nacidos, o personas dependientes, tras el convencimiento discutible de que sobra gente en el mundo.
Querer, cuidar y proteger a los animales es fundamental, pero humanizar a las mascotas no ayuda a nadie. Lo verdaderamente natural, es bastante racional. La moda de humanizar a perros y gatos se ha incrementado por el consumismo, el individualismo y como parte de la ecuación del aislamiento personal, la inseguridad y el abuso de las redes sociales. Al romper, por ejemplo, la interacción hombre-perro que se estructuró hace 20 mil años, introducimos al animal en un esquema que no es parte de su esencia afecta y dificulta su visión como especie. Sobre todo con otros animales, con sus pares. Los animales son menos animales y las personas somos menos personas, aunque pudiera parecer todo lo contrario.
Más de una vez se ha apuntado el carácter contradictorio de los postulados de la ideología animalista, pues, al mismo tiempo que equipara a la especie humana con todas las demás, le exige un comportamiento hacia el resto de especies que éstas no guardan entre sí. Es una contradicción de la que resulta imposible escapar, porque solo hay una especie capaz de modificar su comportamiento en base a un principio moral: la especie dotada de razón para entenderlo, ponderarlo y aplicarlo.
Fernando López-Mirones es biólogo y zoólogo por la Complutense de Madrid. Ha explorado la vida salvaje de medio mundo filmando multitud de documentales. Desde 1991, ha colaborado o dirigido más de 120 documentales internacionales de historia natural. Colaborador habitual de medios tan importantes como National Geographic, BBC Natural History Unit y otras. Lopez-Mirones ha sido profesor universitario durante cerca de dos décadas. Como apasionado divulgador científico y explorador, es habitual colaborador en televisiones y medios internacionales, pese a los incesantes esfuerzos por cancelar su obra y mensaje.
Una de las primeras referencias a nuestro autor, de las que recuerdo, y son muchas, es su participación en el controvertido documental “The Big Reset”. Si todavía no lo has visto, estás tardando. Te lo aseguro. La tesis es que hay un gran plan mundial para un reinicio de absolutamente todo y tener una sola moneda, un solo banco, una sola religión y un solo gobierno. Los gobiernos no tendrán que tomar decisiones impopulares, serán organizaciones supranacionales como la OMS o el Banco Mundial. A diferencia de planteamientos “conspiranoicos” aquí sus “protagonistas” lo reconocen muy abiertamente, con orgullo y sin fisuras. Estos multimillonarios, disfrazados de filántropos, y entronizados como Dioses se infieren el papel de rectores y jueces de la humanidad.
Esta gente no oculta nada. Y este gobierno no será elegido por nadie. Serán unos plutócratas y todo estará direccionado por gigantescos fondos como Blackrock y Vanguard. Todo el catecismo climático, o las alucinadas políticas de género, solo promueven una nueva esclavitud. Si con el relato de la huella de carbono, logran desmantelar sociedades e industrias, no es para nuestra felicidad y equilibrio, es para empobrecernos y hacernos dependientes. Este libro que te recomiendo “Lupus Deus, el Dios Lobo” nos ayuda a desvelar las claves de dominación psicológica a través de las emociones que utilizan las ideologías globalistas. En síntesis: solo porque el ser humano es «superior» podemos intentar convencerle del desvarío de renunciar a serlo. Así de claro.
Las líneas de Fernando nos hacen reflexionar. Resulta necesario cuestionarse si es pertinente la prioridad concedida al clima en las políticas medioambientales. Bajo la presión de las ONG de alto nivel, las políticas elegidas a menudo pasan por alto otros grandes problemas medioambientales que pueden tener mayores consecuencias económicas, sociales y sanitarias que las derivadas de los efectos del cambio climático. Finalmente, el fanatismo ecologista, cada día más alejado de la solidaridad, y convertido en un infame negocio, obstaculiza gravemente medidas que pueden evitar desastres naturales, como nuevamente ha quedado demostrado con la última gota fría de Valencia.
La estrategia del miedo siempre ha sido un recurso muy útil para paralizar sociedades y fomentar la obediencia, y no se puede negar que este «dogmatismo climático» está siguiendo esa misma lógica. Los globalistas lo están utilizando como herramienta de control y negocio.
Sábado 25 de enero a las 19.30: LUPUS DEUS. Un verdadero y necesario lujo a nuestro alcance. No lo olvides. Y utilizando la habitual despedida del amigo Fernando…UN AULLIDO.
Luis Nantón Díaz
LUPUS DEUS, EL DIOS LOBO
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SIEMPRE APRENDIENDO
Ante todo gracias por tu visita.
Te presento un recopilatorio de los artículos que semanalmente se publican en el CANARIAS 7, y que con auténtica finalidad terapéutica, me permiten soltar algo de lastre y compartir. En cierta medida, de eso se trata al escribir, de un sano impulso por compartir.
La experiencia es fruto directo de las vivencias que has englobado en tu vida, y mientras más dinámico, proactivo y decidido sea tu carácter, mayor es el número de percances, fracasos, éxitos… Los que están siempre en un sofá, suelen equivocarse muy poco…
Y, posiblemente eso sea la experiencia, el superar, o al menos intentarlo, infinidad de inconvenientes y obstáculos, procurando aprender al máximo de cada una de esas vivencias, por eso escribo, y me repito lo de siempre aprendiendo, siempre.
Me encantan los libros, desvelar sus secretos, y sobre todo vivificarlos. Es un verdadero reto alquímico. En su día, la novela de William Goldman “La Princesa Prometida” me desveló una de las primeras señales que han guiado mi camino. La vida es tremendamente injusta, absolutamente tendente al caos, pero es una experiencia única y verdaderamente hermosa. En esa dicotomía puede encontrarse ese óctuple noble sendero que determina la frase de aquel viejo samurái: “No importa la victoria, sino la pureza de la acción”.
Como un moderno y modesto samurái me veo ahora, en este siglo XXI… siempre aprendiendo. Los hombres de empresa, los hombres que intentamos sacar adelante los proyectos de inversión, la creación de empleo, los crecimientos sostenibles, imprimimos cierto carácter guerrero a una cuestión que es mucho más que números. Si además, te obstinas en combinar el sentido común, con principios, voluntad de superación y responsabilidad, ya es un lujo.
Si también logramos inferir carácter, lealtad y sobre todo principios a la actividad económica, es que esa guerra merece la pena. Posiblemente sea un justo combate.
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